Me cuesta mucho ponerme a resumir una temporada tan lamentable donde ni siquiera al final uno casi ni se apena de un descenso que ha sido un hecho desde hace mucho tiempo atrás. El único consuelo es que todo al fin se acabó, una agonía de temporada, el peor Betis de Primera que pierde otra vez la división que nunca la categoría que tendrá siempre. Sin palabras para los dirigentes actuales, casi todos no son béticos y se han encargado de demostrarlo destrozando a un equipo con una gestión que quedará para la historia porque no se puede hacer peor.
Primero fue una horrible planificación, la base del equipo seguía siendo el que ascendió a segunda división en un equipo con un presupuesto de 50 millones cada año, sin embargo en tres años en lugar de reforzar al equipo se vendió a lo poco que lo sostenía y encima canteranos que sentían al club. El club con la excusa de estar en concurso de acreedores cayó de nuevo en el error de la tacañaería más absoluta para luego poner un parche en invierno comprando a precio de oro las cesiones de Leo Baptistao y N'Diaye. Porque el error ya estaba hecho que era dejar marchar o vender a los pocos retales del equipo: Adrián, Emaná, Beñat, Cañas, Pozuelo, Iriney, Miguel Lopes, etc. Lo poco de lo que podía presumir el equipo se fue vendiendo y el bagaje de refuerzos en los últimos tres años es nulo: los dirigentes del Betis no han sabido gestionar uno de los mayores presupuestos de primera división.
La exigencia no existe en el Betis. El equipo hace el ridículo una y otra vez y aquí no pasaba nada. Pepe Mel era el único que daba la cara por el Betis en esos momentos más de boca que de otra cosa porque en el césped ya se veía un equipo desorganizado donde cada uno hace la guerra por su cuenta y con una preparación física deficiente. Y para rematar la faena se toleraban malos comportamientos de jugadores por los de arriba que hacían la vista gorda y aquí no pasa nada.
Para resumir todo. Aquí hay unos únicos responsables que son los que han tolerado todo esto y que todavía no tienen la vergüenza de marcharse y de un administrador judicial despreocupado totalmente de la situación del Betis (el Consejo ni siquiera se ha remodelado a su llegada ni ha llegado a un consenso con las plataformas de béticos que plantean alternativos modelos de gestión) y que ha metido en el Consejo a un miembro del consejo loperista anterior. Todo un desastre.
Malos tiempos para el Betis con una afición cansada de estar cansada, lo único que le queda a un Betis actual sin carácter y sin nada de Betis dentro.
